Un par de meses atrás acompañé a mi equipo C-Innova en una visita por el territorio de la del Sol en
Girardot, junto al río Magdalena. Mi impresión de la comunidad de areneros y paleros que
trabajaban en el lugar fue impactante, en realidad me sentí apabullada por su alegría, su capacidad
de trabajo, su amabilidad y su sencillez.
Por fortuna, mis compañeros del IDDS decidieron escogerme como facilitadora de diseño en este
lugar y así emprendí este viaje junto a mi equipo, Pablo, Laura, Alejandra y Daniel.
El día anterior habíamos preparado muchas cosas para conversar diferentes y dinámicas para
compartir con los areneros y estábamos muy entusiasmados. Cuando al fin llegamos a Isla del Sol nos
presentamos y empezamos a conversar con las personas del lugar pero las cosas no salieron como
las esperábamos.
Día 4: Visita a comunidades
IDDS Adaptación al Cambio Climático
Por: Catalina ValestOrganizadora IDDS ACC
Los areneros se encontraban trabajando y aunque les acompañamos en sus actividades, se generó cierta barrera con respecto al tema de trabajar en equipo con nosotros. Al principio fue desmotivante, pero igual insistimos en conversar con ellos y decidimos ir a buscar a los hijos de los areneros, un grupo de jóvenes que vive con sus familias junto al desembarcadero. Allí los invitamos a ir de paseo en canoa y hablamos sobre diferentes cosas, no solo sobre proyectos de bienestar para su comunidad sino también sobre sus expectativas sobre la vida, sus actividades y anhelos. En este punto comprendí que su distanciamiento tenía que ver con la falta de confianza en nosotros debido a que anteriormente un gobernador les había pintado proyectos de desarrollo y en vez de conseguirlos, engañó a la asociación de areneros. Luego del paso en barca decidimos mostrarles cacharreos que habíamos hecho en la jornada del domingo en el IDDS y esta actividad fue genial, se abrieron las puertas de la comunicación, empezaron a hacer preguntas y también sugerencias de como mejorar el aerogenerador y en qué contextos sería más prudente utilizar la bomba de agua y con esto quedamos de encontrarnos al día siguiente y regresar juntos a Fusagasugá con dos miembros de la comunidad.
Pensando que habíamos cumplido con nuestra misión, mi equipo y yo decidimos disfrutar del lugar al
estilo de sus habitantes. Poco a poco dejamos que la suavidad del ambiente y su calma nos dirigieran
al río Magdalena para empaparnos las pantorrillas, conversar un poco y contemplar los hermosos
colores del atardecer y duante la noche, la luna y las estrellas. En este momento creo que se hicieron
evidentes las afinidades implícitas dentro del equipo de trabajo y por otro lado nos sentimos parte
del territorio, lo que nos hizo entender el afecto que los areneros tienen por Isla del Sol como
espacio de trabajo y a la vez de hogar.
Al día siguiente tuvimos que enfrentarnos a contrariedades y parecía que solo un miembro del
equipo iba a acompañarnos, pero supongo que la autonomía, la libertad y el amor que demuestran
los areneros por su oficio nos convencíó de insitirles para que otros miembros de su comunidad nos
acompañaran y cuando finalmente fueron escogidos los representantes, su comunidad los aplaudió y
los despidió como sus héroes.
Ahora que estamos juntos y empezaremos esta experiencia de co-creación siento la inquietud del
equipo por querer compartir y decir muchas cosas pero sin saber cómo o por donde empezar. Creo
que lo más bonito de esta experiencia es la intención que tienen todos de mostrar a los demás otras
posibilidades de cómo vivir y a la vez estar llenos de curiosidad esperando que los otros también les
compartan nuevas formas de hacer las cosas, de compartirr, de desarrollar un oficio y quizás hasta
de ser felices.
Como siempre, les dejamos el video de la Universidad de Cundinamarca para vivir el IDDS más de cerca.